El jueves me tocó estar en el ensayo de teatro de un grupo de " Discapacitados psíquicos y mentales", ese espacio fue increíble, cada uno aporto al guión con lenguaje solo gestual, desde sus vivencias, prestaron sus historias a los personajes de la obra.
El problema de juicio de realidad se convirtió en el más hermoso recorrido por las calles nunca recorridas, ahí estaban la Sofía con una historia de abandono, violación y medicamentos permanentes, sin embargo nunca dejo de sonreír.
Anibal ex-adicto y alcohólico, con una hija que adora y no puede visitar, ilustradisimo en el rock y la filosofía clásica, estuvo viviendo en las calles por más de 5 años, solo quiere vivir y trabajar para darle algo a su hija, enamorado de Edih su pareja de 2 años a la cual no se cansa de decirle que la ama. Y así me fui entrando en un mundo lleno de diagnósticos de papel y en personas de carne y hueso, que desde que llegue no se cansaron de abrazarme, reír, de darme lo que es esencial en esta vida mirar al otro como un otro, pero no, como un individuo contrario o diferentemente amenazante, sino un otro donde me preguntaban por mis padres, si me sentía bien, que música me gusta y abrazarme cada vez que decía algo que para ellos y para mi por cierto, divertido.
Cada uno habla coherentemente, participa de algún programa de capitación laboral, otros trabajan, viven en comunidad cocinando, aseando el lugar, lavando su ropa, viendo televisión, durmiendo una siesta... en fin cosas cotidiana como cualquiera de nosotros.
Por eso digo y afirmo que el arte no tiene barreras.
Ellos están prontos a estrenar su obra... actores y actrices diferentes si, por su sensibilidad, responsabilidad, valoración de la vida y las oportunidades que ella nos da. Sin mirar lo dura que es su existencia terminamos riéndonos y abrazándonos y deseando encontrarnos en otra oportunidad.
Bien muchachos yo no se nada de actuación ustedes saben de eso, sus capacidades las verán aquellos que se saquen el velo de los prejuicios, intolerancia y estúpida homogeneidad.
